Los muros más allá de soportar los huecos también son sitios para instalar ideas, son soporte de cultura, son el espacio por antonomasia para todo lo que no puede sostenerse por sí mismo, allí está lo ostentoso del mármol, y lo simulado del empapelado rococó, allí pueden descansar todos los estilos, y también clavados algunos dioses.
El motivo propio del empapelado del cuarto de estar de un chalet ahora invade otros muros menos decorosos, lo privado deviene público como si de una suerte de rebelión de las imágenes se tratara.